JALEMOS PARA UN MISMO LADO

Miércoles, 20 de Enero de 2010 / 08:57 h
APOYEMOS AL ESTADO SALVADOREÑO, PERO JALEMOS JUNTOS

José Arturo Benítez Reyes

Ya que nuestro pueblo con su sabiduría supo, no solamente votar, sino elegir al conductor de los destinos de nuestro país, también nuestra gente debería estar pensando en hacer lo mismo, en no solo votar, sino elegir a los demás representantes del pueblo, llámense miembros de consejos municipales o miembros de la asamblea legislativa, es decir, los diputados para que nuestro país se encamine al progreso y justicia social, a través del combate a tantos males como ineficiente educación y salud, que por efecto dominó han desencadenado la descomposición social y consecuentemente la corrupción, narcotráfico, crimen organizado y más.

Como todos sabemos, en nuestro país, el pueblo jamás se equivoca, solo ha sido engañado a través de gobernantes mentirosos e inescrupulosos que hemos tenido a lo largo de la historia, después de la independencia (salvo raras excepciones). Lo digo así, porque en décadas pasadas los gobernantes anteriores, controlaban a discreción, no solo al ejecutivo, sino, a todas las instituciones del resto de las estructuras estatales.

A medida que el pueblo en general, componente principal de nuestro terruño, se fue dando cuenta de los engaños acumulados durante décadas, tomó la decisión final de votar para saber elegir a la persona correcta para gobernar, y que gracias a Dios así sucedió.

Después de un poco más de siete meses de haber tomado las riendas de su cargo el presidente Funes, he tenido reuniones informales con mucha gente común y corriente, y les pregunto como perciben el nuevo gobierno del cambio, a lo que la mayoría dice que percibe la imparcialidad del Presidente en sus políticas públicas, pero que se lamentan de que muchos de sus funcionarios, la de otros órganos del estado y demás instituciones de elección secundaria, no caminan con la voluntad, sintonía y transparencia debida.

Es entendible tal percepción, ya que no se puede dar un giro tan brusco de la noche a la mañana debido a que, esa madeja enredada que han dejado décadas enteras de gobiernos exclusivamente al servicio de algunos oligarcas, poco a poco y con pensamientos prudentes y sensatos, se va ir encaminando al verdadero estado de derecho, libertad y democracia que siempre hemos anhelado los salvadoreños.

Aunque otros perciben que mientras personajes del gran capital voraz continúen en puestos decisorios, especialmente en el área económica, la historia del actual presidente pasará sin pena ni gloria, Dios ilumine al presidente para que imite a personajes como Ghandi y otros de esa talla.

Si el presidente hubiera decidido a partir del 1 de junio realizar cambios violentos tal como ansía el pueblo, entonces sus detractores y algunos impacientes más hubieran pensado, que se estaba imponiendo el TOTALITARISMO COMUNISTA que ARENA
y toda la derecha dura de este país, financiaba en su propaganda para que los electores no votaran el actual presidente.

El presidente constitucional de la república a partir de ese primer día de trabajo demostró no solo al país, sino que al mundo entero, su convicción de jefe de estado (estadista) apegado a la constitución de la república, y lo que está haciendo son reajustes correctos, sin compromisos con compadrazgos, nepotismo y de cualquier otro interés personal, como el que le achaca el fundador del Partido Liberal Democrático, PLD.

Esto no significa que afirme si es o no correcto el relevo de los primeros cuatro funcionarios después de siete meses de labor. En lo personal, pienso que el trabajo técnico realizado por cada uno al frente de las autónomas fue muy bien ejecutado.

Entiendo también que el PRIMER MAGISTRADO DE LA REPÚBLICA, está en todo su derecho por constitución de analizar a cada funcionario para decidir si está en la misma sintonía política que requiere la nación, por lo que su deber está enmarcado en explicar claramente y únicamente al pueblo salvadoreño que lo eligió, de las decisiones a tomar, sin ser influenciado por algún asesor, político de otro partido o poder económico alguno, ya que el pueblo es su único jefe.

Estos relevos de funcionarios y los que creo que continuarán sucediendo en este primer trimestre y aún después, considero oportuno aclarar, que no significa que serán definitivos, sino que también estarán en el ojo biónico permanente del presidente y de la gente para ver si apuntan a los verdaderos objetivos que son de beneficiar a la gente.

Es bien sabido que en su campaña como candidato el hoy presidente afirmó que gobernaría por los más desposeídos, pero también dijo que las confrontaciones saldrían sobrando, y que lo único que iba a caracterizar su gobierno era el entendimiento, concertación y unidad nacional.

Por ello, considero que parte de la ciudadanía, algunos políticos y empresarios se aprovechan de esta coyuntura de transición ocurrida por primera vez en la vida política de El Salvador, para tratar de oponerse al PENSAMIENTO DEMÓCRATA del presidente.

Su modelo, que en nada se liga con socialismo del siglo XXI, ni con comunismo, ni capitalismo y que sus detractores insisten en asociarlo, solo permite enriquecer más su capital político acumulado hasta hoy.

Así es que la oposición deberá ser inteligente y aprovechar la virtud, carisma y popularidad que posee el presidente para que juntos logren sacar adelante este sufrido país. Caso contrario, como lo manifiestan algunos de los sectores a que me he referido, en nada nos ayudaría una oposición sin la visión de estado, es decir, en el progreso y beneficio de la gente.

Ya llegó el momento de olvidarnos de una vez por todas de los supuestos fantasmas que nos ilustran tales personajes que se la pican de ser anticomunistas, y que en el fondo ellos mismos han sido los responsables directos del acrecentamiento de la miseria y pobreza de nuestra gente, a través del manejo del aparato de gobierno y del estado en general para favorecer a un escaso porcentaje de los oligarcas.

El pueblo salvadoreño, los que votaron y no votaron por este gobierno, esperan que los demás órganos y otras instituciones que hacen estado, nos sumemos verdaderamente y sin temor al esfuerzo y no perdamos las esperanzas en las promesas del cambio que prometieron en su momento Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén como los gobernantes correctos, transparentes y responsables que por primera vez en El Salvador, hemos tenido la oportunidad de tenerlos.