¡Los niños de engorde!
Nelson López*
¡Hay viene el viejito y te va a llevar! Este fue por años el famoso engaño de las madres para los niños cuando estos desobedecían alguna orden y el pequeño, ¡desde luego!, se atemorizaba tanto, que hacía caso.
Esa fue nuestra cultura general, leyendas tras leyendas atemorizaban a los niños, adolescentes, adultos y ancianos, aunque los que narraban las “historias” seguramente ya tenían entendido que todo era una para disfrutar el miedo de otros.
Sin embargo, hubo una leyenda del campo y urbana, que desató terror y fue importada por las transnacionales que explotaban a los salvadoreños: ¡hay vienen los comunistas!
Y muchos viejos temblaban sólo de imaginarse que le iban a quitar sus tierritas, sus haciendas, sus fincas, pero a los que no tenían nada, a los colonos, a los trabajadores, a los que comían una tortillona con frijoles rellenos (de gorgojos), a todos ellos les decían que ¡los comunistas comen niños! Y los pobrecitos también temblaban porque lo único que tenían eran diez u once vástagos, desnutridos y analfabetas.
Y a todo esto los comunistas eran malos, asesinos, y más cuentos: en Cuba hacían cola para tomar coca, y una sarta de mentiras que rayaban en lo absurdo, hasta hacer creer que ahí no disfrutaban la vida loca.
Todavía más de algún anciano, aunque con vergüenza de que se le note, todavía le teme al comunismo, a pesar que muchos afirman que ya no existe, y lo peor es que siguen creyendo que los comunistas ¡comen niños!
Hoy Cuba, no da un gran ejemplo de preocupación, no sólo por la medicina, no sólo por los deportes, no sólo por la alfabetización de su país, sino que también por sus niños bien nutridos, pero nadie quiera tomarlo en cuenta para destacarlo y practicarlo.
Una Cuba marginada y bloqueada por los Estados Unidos, demostró que no se tiene que ser genuflexo, que se puede tener dignidad, que se puede hacer el bien con su gente aún con los sufrimientos que implique.
Cuba se salió de ese mundo que tiene 146 millones de niños menores de cinco años, ¡desnutridos! Y ahí estamos nosotros después de más de un siglo de cuentos y leyendas, y con veinte años de neoliberalismo que saqueó las pocas riquezas del país y los despojos fueron vendidos a puros préstamos impagables que sobrepasan los 10 mil 300 millones de dólares.
¡Que diferencia! Cuba garantiza una canasta básica alimenticia que permite la nutrición y eso aquí nunca ha existido, pero sí hemos tenido venta de niños desnutridos para prostituir, para vender sus órganos y para que los adopten gringos machorros.
Solo falta que los afligidos ancianos cuando sepan que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) confirmó que ¡CUBA! es el único país de América Latina y El Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil severa, pensando en sus gallinas digan: ¡ah, son niños de engorde!
¡Hay viene el viejito y te va a llevar! Este fue por años el famoso engaño de las madres para los niños cuando estos desobedecían alguna orden y el pequeño, ¡desde luego!, se atemorizaba tanto, que hacía caso.
Esa fue nuestra cultura general, leyendas tras leyendas atemorizaban a los niños, adolescentes, adultos y ancianos, aunque los que narraban las “historias” seguramente ya tenían entendido que todo era una para disfrutar el miedo de otros.
Sin embargo, hubo una leyenda del campo y urbana, que desató terror y fue importada por las transnacionales que explotaban a los salvadoreños: ¡hay vienen los comunistas!
Y muchos viejos temblaban sólo de imaginarse que le iban a quitar sus tierritas, sus haciendas, sus fincas, pero a los que no tenían nada, a los colonos, a los trabajadores, a los que comían una tortillona con frijoles rellenos (de gorgojos), a todos ellos les decían que ¡los comunistas comen niños! Y los pobrecitos también temblaban porque lo único que tenían eran diez u once vástagos, desnutridos y analfabetas.
Y a todo esto los comunistas eran malos, asesinos, y más cuentos: en Cuba hacían cola para tomar coca, y una sarta de mentiras que rayaban en lo absurdo, hasta hacer creer que ahí no disfrutaban la vida loca.
Todavía más de algún anciano, aunque con vergüenza de que se le note, todavía le teme al comunismo, a pesar que muchos afirman que ya no existe, y lo peor es que siguen creyendo que los comunistas ¡comen niños!
Hoy Cuba, no da un gran ejemplo de preocupación, no sólo por la medicina, no sólo por los deportes, no sólo por la alfabetización de su país, sino que también por sus niños bien nutridos, pero nadie quiera tomarlo en cuenta para destacarlo y practicarlo.
Una Cuba marginada y bloqueada por los Estados Unidos, demostró que no se tiene que ser genuflexo, que se puede tener dignidad, que se puede hacer el bien con su gente aún con los sufrimientos que implique.
Cuba se salió de ese mundo que tiene 146 millones de niños menores de cinco años, ¡desnutridos! Y ahí estamos nosotros después de más de un siglo de cuentos y leyendas, y con veinte años de neoliberalismo que saqueó las pocas riquezas del país y los despojos fueron vendidos a puros préstamos impagables que sobrepasan los 10 mil 300 millones de dólares.
¡Que diferencia! Cuba garantiza una canasta básica alimenticia que permite la nutrición y eso aquí nunca ha existido, pero sí hemos tenido venta de niños desnutridos para prostituir, para vender sus órganos y para que los adopten gringos machorros.
Solo falta que los afligidos ancianos cuando sepan que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) confirmó que ¡CUBA! es el único país de América Latina y El Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil severa, pensando en sus gallinas digan: ¡ah, son niños de engorde!
La situación nutricional en nuestra región es un indicador más de las desigualdades sociales; asimismo, es causa y a su vez consecuencia de la pobreza.
1 comentarios:
me parece muy acertado el contenido del comentario y muy enriquecedor, me gustaría que continuaran opinando así y de esa manera educar a la población para tener conciencia de la realidad....
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